jueves, 6 de diciembre de 2007

Planeacion Prospectiva,Equipo 4 SUA

PLANEACIÓN Y PROSPECTIVA

“El futuro está así para darnos lo que queremos”[1]

El tema fundamental de esta obra es la elección del futuro y la forma en qué puede irse formando no sólo visto como un tiempo que inevitablemente sucederá, sino que es visto por los practicantes que estudian, planean y diseñan el futuro con el método de la planeación prospectiva como una fuente de progreso, valiéndose del presente para tener un futuro diferente. Diferenciándose de los métodos tradicionales de planeación, en la planeación prospectiva es necesario imaginar y tener una voluntad que inyecte energía para lograr moldear el futuro. El autor afirma que el futuro no puede predecirse, sin embargo, menciona que sí puede diseñarse y realizarse.

A finales de la segunda Guerra Mundial con la reconstrucción de los países destruidos por la guerra se hizo evidente la necesidad de planear. Ahora es común que se use el término “planear” para referirse “desde el diseño global del futuro de toda la humanidad, hasta la asignación del presupuesto publicitario de una empresa.”[2]

La prospectiva parte de la ciencia por lo que no debe encasillarse en los problemas cotidianos, en el discrepado de no tratar soluciones que se espere funcionarán sólo en el periodo de tiempo del estudio o en el contexto actual; sus frutos al igual que los de ciencia pura, se materializarán adaptándose a los cambios del futuro incierto. La prospectiva se preocupa por la utilidad, no por la verdad, no pretende predecir sino crear el futuro. Es una disciplina interdisciplinaria.

El enfoque de planificación tradicional no logra proporcionar comprensión de las implicaciones a largo plazo de las decisiones, carece del componente de iniciativa capaz de modificar el futuro en vez de afrontar su imposición. Este ingrediente es un acto creativo, de eso se trata la prospectiva.

“El futuro es una potencialidad para cumplir los sueños de la humanidad.”[3] La imaginación y la acción enérgica, son las que modelarán el futuro. Éste no puede predecirse, pero puede diseñarse y realizarse. El futuro es visto como más que el presente y el pasado, porque no ha ocurrido y por lo tanto, contiene una infinidad de posibilidades.

Una decisión puede considerarse como decisión de planeación, cuando se hace anticipando sus efectos a futuro y /o anticipando problemas futuros. La planeación debe estar motivada por el deseo de obtener un estado futuro de cosas y /o el deseo de evitarlo.

La planeación, aunque orientada hacia el futuro, da como resultado decisiones presentes concernientes a la realidad presente. Se considera que la planeación es una actividad relativa al presente, dicho presente que se extiende hacia el futuro.

La planeación es un esfuerzo por controlar el futuro. Ahora bien, la civilización moderna acepta que el futuro es controlable, dentro de ciertos límites. Sin embargo, existen dos importantes excepciones, algunos filósofos sociales argumentan que la posibilidad de controlar el futuro es ilusoria, ellos consideran que aunque se produzca el cambio y su creación sea intencional, no se pueden prever los efectos no deliberados de ese cambio. De ese modo, el futuro ésta determinado por la naturaleza misma de nuestras acciones.

La proposición de que el futuro es controlable tiene que aceptarse si se quiere progresar. El aceptarla conduce a una postura activa en la que la creatividad se desarrolla para mejorar las cosas. El rechazar la proposición ocasiona pasividad, resignación e inactividad que dan como resultado tácticas de simple supervivencia.

El conocimiento es necesario para tomar la decisión y se adquiere en base a la experiencia acumulada de un acervo teórico que se va enriqueciendo por medio de una investigación previa dirigida.

El planificador dispone de un modelo de la realidad a considerar. Ese modelo puede ser explícito o implícito, formalizado o no, que permite determinarlos estados futuros de la realidad, dada alguna información sobre su estado actual –llamados variables de decisión o instrumentos –corresponden futuros diferentes, pero determinados. La función de la planeación es escoger los valores de los instrumentos que producirán el futuro más deseable, de acuerdo con criterios específicos.

Entre las dificultades del planificador determinista se encuentran las siguientes:

Establecer el criterio para seleccionara el futuro no siendo el decididor, sino que es la persona que asiste a un responsable político o directivo de alguna empresa.
Entonces es el político o la persona que decida la que generalmente le marca los objetivos a lograr.
El planificador se encarga de darle al decididor diferentes escenarios que indican los futuros que corresponden a diferentes decisiones. La decisión misma se deja al político.
Otra dificultad residen en seleccionar los instrumentos de los cuales dependen los futuros posibles. El planificador determinista deja la tarea al político.

La forma en que el planificador adquiere el conocimiento de las leyes que gobiernan la conducta de la realidad es se explica de dos maneras: la primera (teórica), consiste en tratar de obtener un cuerpo de leyes suficiente para propósitos de la predicción. La segunda forma (empírica) supone que si hay regularidades (patrones) en la conducta pasada, entonces hay leyes (cuya existencia se da por sentada, pero que son desconocidas) que garantizan la preservación de esos moldes en el futuro.

El esfuerzo del planificador se dirige en la detección de regularidades. El futuro se vuelve una extrapolación del pasado. La validez del enfoque del planificador determinista dependen forma crucial de la calidad y exhaustividad de los datos a su disposición sobre el presente y pasado de la realidad.

“La planeación determinista se basa en el supuesto de que el futuro puede conocerse con certeza. El resultado de la planeación es la elección de cierto curso de acción, fijando los valores de los instrumentos disponibles, para obtener el futuro factible que se considere más deseable” .[4]

Existen factores adicionales en un problema real: esto se conoce como probabilística de la planeación, en donde se reconoce que debido a factores ambientales, cada acción tiene ciertas probabilidades variables de consecuencias, producir varios resultados a los que se atribuyen diferentes valores en función de las experiencias históricas.

La concepción probabilística puede considerarse como una extensión de la determinista. En la primera se acepta la incertidumbre del futuro, pero puede ser cuantificada. Entonces la decisión ya no es tomada bajo la suposición de certeza respecto a su resultado, más bien, ésta se basa en un riesgo calculado.

Cuando el planificador toma una decisión sobre una acción futura y no puede predecir las condiciones ambientales en el momento en que la acción efectivamente se realice, puede emplear una planeación de contingencia: que consiste en elaborar varios escenarios de condiciones ambientales y seleccionar la acción óptima para cada uno. La planeación moderna se basa la extensión probabilística de la concepción determinista.

Se puede considerar a la realidad como gobernada por leyes naturales o compuesta por decididores autónomos. El punto de vista que se adopte debe ser encauzado hacia la pragmática, buscando escoger el que produzca mayor beneficio para la investigación que se está realizando.

La mayor parte de la realidad social no es tan simple y nuevas decisiones vienen constantemente a modificar los eventos. Asimismo, se reconoce que el futuro es desconocido en gran medida y que se busca formas para enfrentarlo. Cada decisión es una productora potencial de un futuro mejor y también una restricción para decisiones futuras.

ASPECTOS PRÁCTICOS DE LA PLANEACIÓN PROSPECTIVA

El concepto de planeación prospectiva ha sido elaborado por los franceses en su esfuerzo por encontrar una fórmula original que permitiera, guiar la reconstrucción de posguerra y el desarrollo nacional.

El concepto de planeación tradicional comienza por determinar cuáles futuros son factibles y posteriormente selecciona el más deseable. Los futuros factibles se basan en los estados actuales y pasados de la realidad. De esta manera el futuro es deducido a partir del pasado. Este estilo de planeación se considera como retrospectivo.

La prospectiva consiste en determinar primero el futuro deseado de manera creativa. Entonces se diseña el futuro deseado y el pasado y el presente no se toman como restricciones. Estos entran a considerarse en el siguiente paso cuando, con la imagen del futuro deseado en mente, la planeación prospectiva explora los futuros factibles y selecciona el más satisfactorio. La explicación de los futuros factibles es también altamente creativa e imaginativa, ya que la visión del que se desea motiva al planificador a buscar nuevas formas de alcanzarlo. [5]

La planeación prospectiva considera el futuro como dependiente tanto de lo que a de hacerse como de lo que ya se ha obtenido. “La prospectiva plantea la formulación de los objetivos y la búsqueda activa de medios para su obtención Reformula la totalidad del proceso de planeación, que se extiende desde la formulación de los ideales sociales más generales hasta los detalles de la implantación de las decisiones individuales”[6].

El diseño del futuro deseado provee al planificador de una poderosa guía para determinar la relevancia de las propiedades del mundo real en su trabajo. Saber lo que se quiere ayuda a conocer que se requiere para la acción.

En las principales actividades de la planeación prospectiva, el planificador basa su trabajo en los instrumentos (medios que el planificador posee para modificar la realidad). Después de analizar los diferentes usos de esos instrumentos se producen los escenarios de futuros factibles, El diseño del futuro deseado proporciona el aliciente para extender el alcance de los instrumentos. Con los futuros deseados y factibles.

LA PROSPECTIVA

La prospectiva es un componente esencial de la planeación prospectiva, su papel es darle al planificador una visión del futuro deseado y una serie de escenarios que definan amplias opciones en términos de futuros factibles. La visión del futuro deseado puede y debe proporcionar un incentivo para extender el alcance de los instrumentos disponibles. El grado de control ejercido sobre la realidad no es absoluto, es una función de la motivación o el deseo del decidirlo de alcanzar lo que se quiere.

La visión del futuro deseado está influida por dos factores sicológicos: la actitud reactiva del planificador que diseña el futuro libre de las deficiencias actuales o futuras que ha detectado y la actitud de abstracción, que consiste en que el planificador se aleje de los hechos de la realidad.

Uno de los retos de la planificación es capacitar a los decididores para actuar en cualquier momento de tal manera que el efecto de sus acciones sea positivo .

La prospectiva debe considerarse como un ejercicio tal que produce madurez intelectual para que los decididores encaren eficiente y eficazmente la complejidad y diversidad del mundo real.

PROSPECTIVA Y ACCIÓN HUMANA

Existen tres elementos esenciales que influyen en la acción humana y hacen que la gente actúe (impulsos para la acción): valores del sujeto, su percepción de la realidad y los instrumentos que tiene a su disposición para intervenir en la realidad. “Los valores son los que hacen que la gente prefiera una alternativa en vez de otra, o lo que completa cualquier modelo de conducta racional[7]”.

Para seleccionar el curso de acción más adecuado el decidor se ayuda de los parámetros de selección racional: las eficiencias relativas de los cursos de acción y los valores relativos que se dan en los resultados. El decidor puede elegir entre dos o más cursos de acción tomando en cuenta su relativa eficiencia y seleccionando el curso de acción que con más probabilidad proporcione el resultado esperado y que utilice los recursos mínimos para lograrlo. Cuando los posibles resultados de los cursos de acción no tienen el mismo valor para el decididor, esté asignará a cada resultado un valor relativo que le ayudará a escoger aquella acción que produzca un resultado particular, preferencial, y eficiente así como el máximo beneficio.

El modelo de decisión racional de Ackoff (1975), “muestra la naturaleza sistémica de las decisiones e introduce un concepto dual de valor[8]”. Ackoff señala, “que cada decisión debe considerarse dentro de un contexto más amplio, o sea, en relación con otras decisiones. Los cursos de acción que intervienen en la decisión particular pueden concebirse como medios que conducen hacia diferentes fines posibles (los resultados)”[9]. La distinción entre medios y fines es relativa, de acuerdo al contexto particular. Asimismo, Ackoff define a los ideales como “fines que no sirven como medios para ningún otro fin (o sea, fines últimos)…no necesariamente se consiguen, pero es posible aproximarse a su consecución. No son inmutables, cambian con el tiempo. Una vez que se toman en cuenta,..son los fines últimos para el decidor. [10]

Cuando se logra con igual eficiencia dos o más resultados que a su vez son medios válidos iguales con respecto a los ideales, y el decididor todavía puede tener cierta preferencia por alguno de ellos. Para explicar los valores intrínsecos, Ackoff, utiliza el concepto de estilo, en donde los valores de una entidad decididora se dividen en: aquéllos por los cuales lucha en pro de algunos fines absolutos, y los que la hacen escoger una de varias formas equivalentes de acercarse a esos fines.

La percepción de la realidad por parte del decididor, es dinámica, porque incluye el presente, el pasado y el futuro. Un elemento importante de la percepción de la realidad es el futuro lógico, que “consiste en la extrapolación del pasado en el futuro, suponiendo la continuación de las tendencias incluidas en la percepción de la realidad…Es el futuro que puede esperarse a menos que cambie algo en la conducta de la realidad”. [11]

Los instrumentos “son aquellos elementos de la realidad sobre los cuales el decididor ejerce control[12]”. Se utilizan para cambiar el curso de los eventos y controlar en cierto grado el futuro, además de determinar la capacidad de actuación del decididor.

La evaluación de la realidad (tal como la percibe el decididor) de acuerdo al sistema de valores. Consiste en determinar si dicha realidad, en su estado actual anticipado, es congruente con las normas originadas de los ideales y el estilo del decididor, aunque el resultado puede ser negativo debido a la insatisfacción con un estado de cosas existente, o de inquietud respecto a la evolución lógica de tal estado de cosas. En tal caso, se preguntará si ¿el decididor quiere actuar? Cabe la posibilidad de que el decididor, aún a pesar de la insatisfacción de que le produce lo que ve o anticipa, no quiera hacer nada al respecto. Dicha actuación dependerá de sus valores y su estilo.

Cuando se decide actuar, se debe evaluar la capacidad para tal efecto preguntándose: ¿Puede llevarse a cabo la acción dirigida a corregir las deficiencias identificadas previamente? La respuesta a esta interrogante depende de los instrumentos disponibles para controlar el curso de los eventos y de los valores que tornan inaceptables algunos instrumentos.




FASES DE LA PROSPECTIVA

La prospectiva intenta proporcionar de una forma sistemática, un impulso para la acción orientada al futuro. La prospectiva se divide en tres fases: normativa, de factibilidad y definicional.

En la fase normativa se definen los valores (ideales y estilo) en los que se basa la toma de decisiones, también aporta la motivación (el querer actuar) para realizar la prospectiva. En planeación, a la crítica de la realidad se le conoce como identificación de la problemática y constituye un valioso medio para la formación y determinación de los valores. En dicho proceso se identifica qué parte de la realidad se considera no deseada y porqué. La crítica deberá ser muy radical con el objetivo de establecer un proceso de formación de valores, así como motivar la búsqueda de alternativas de futuros factibles. Los valores diseñados en la fase normativa deben de cumplir con dos requisitos, por un lado “deben garantizar la desaparición de las deficiencias identificadas como problemática, es decir, deben constituir una respuesta a los problemas percibidos. Por otra parte, deben provocar la creatividad, una búsqueda de alternativas de futuros y de cursos de acción no convencionales[13]”.

“En la fase de factibilidad se determinan los futuros posibles con el fin de presentarle al decididor opciones políticas concretas”[14]. En esta fase se determinan los futuros factibles del objeto focal. “Un futuro es factible cuando se sigue una trayectoria de acción practicable que vuelve probable el futuro,[15]” para lograr la factibilidad se deben aplicar un conjunto de instrumentos combinados de forma adecuada que lo vuelvan probable y en donde las condiciones ambientales sean favorables. Sin embargo, en ciertas situaciones se asignan probabilidades a diferentes condiciones ambientales; de esta forma es posible suponer uno o varios escenarios ambientales y determinar los futuros factibles.

Cuando no es posible o deseable se tiene que diseñar cursos de acción adaptativos, que no dependan de forma determinante del medio ambiente. La fase definicional es la construcción de un modelo de la realidad. La percepción (modelo) de la realidad incluye los siguientes elementos: objeto focal (lo que es de interés primordial), medio ambiente (lo que influye en lo anterior) e instrumentos (lo que pude controlar el decididor).

Es necesario especificar la clase de propiedades relevantes[16] de las entidades tomadas en cuenta. La visión del futuro deseado y la declaración específica de las razones por las cuales la realidad actual no es satisfactoria, proporciona una guía para determinar lo qué es relevante y qué no. Las propiedades relevantes del objeto focal se dividen en tres categorías; propiedades observables con base en las cuales se garantiza el desempeño; propiedades controlables que corresponden a los instrumentos que controla el decididor; y las propiedades intermedias que se relacionan significativamente con las anteriores.

Los instrumentos se pueden dirigir a la modificación del objeto focal; a la afectación del medio ambiente que afectará, en consecuencia, el funcionamiento del objeto focal.

Después de definir las propiedades relevantes del objeto focal y de las entidades ambientales, se establece la naturaleza de sus relaciones significativas a lo largo del tiempo. “Estas propiedades constituyen el modelo dinámico de la realidad en el que se basan otras fases de la prospectiva. El valor principal del modelo dinámico en la fase normativa es permitir evaluar la congruencia de la realidad con los valores del decididor y determinar las razones de su incongruencia[17]”. Sirve también, para la determinación de futuros factibles, ya que permite poner a prueba los efectos de diferentes aplicaciones de los instrumentos con que se cuenta.

El medio ambiente es lo que influye en el objeto focal. En algunas situaciones se debe de asignar probabilidades que correspondan a diferentes condiciones ambientales, con el objetivo de buscar los futuros posibles que correspondan a cada escenario. Posteriormente, se busca una intersección entre las políticas optimistas y las pesimistas que resulten de los anteriores escenarios y tomando en cuenta la relativa incertidumbre de los escenarios ambientales. En la realidad social este método es limitante, debido a la turbulencia que hace que se dificulte la asignación de probabilidades a los escenarios futuros y limitando el uso de ellos, a causa de las condiciones rápidamente cambiantes y a la falta de consenso entre los observadores sobre la evolución del campo social.

Existen paradigmas modernos de planeación que ofrecen un método alternativo para manejar el medio ambiente y distinguen las propiedades ambientes esenciales y las no esenciales. Una propiedad del ambiente esencial es cuando es necesaria para el funcionamiento del objeto focal. Cuando hay incertidumbre respecto a la existencia futura de una propiedad ambiental esencial para el logro de un futuro deseado por parte del objeto, existe incertidumbre para lograr dicho futuro.

El objeto debe de ser autónomo, capaz de perseguir sus objetivos en todas las condiciones ambientales, adaptable y responder al medio ambiente, de tal forma que el medio ambiente no sea esencial.




TIPOS DE MODELOS

a) MODELOS FORMALES VS. INFORMALES. Los modelos formales son precisos, objetivos y vuelven explícita todas las suposiciones, se considera que para que un estudio sea científico tiene que basarse en un modelo formal. Sin embargo, tiene limitaciones como la de que pocas veces el pensamiento creador procede en términos formales o deductivos. Cuando sea posible, se debe de construir modelos formales para que reflejen los aspectos de la realidad que son bien conocidos y comprendidos. El modelo sirve para hacerlo más riguroso, para verificar su verdad, para establecer dimensiones. Las descripciones más impresionantes y pertinentes de la realidad social se basan, en conceptos difusos, intuiciones, metáforas, analogías, etc., aunque se requiere análisis de tipo formal si se quiere que la prospectiva sea valiosa.

b) MODELOS AGREGADOS VS. SISTÉMICO. Los modelos agregados son modelos de la realidad que consisten en una agregación de submodelos que tienen que ver con sus diferentes partes o aspectos. Sin embargo, la mayoría de los científicos sociales se adhieren en principio a la doctrina holística que dice que la realidad debe ser considerada como un todo. La realidad debe considerarse como un sistema[18]. Tal modelo debe incluir representaciones de las partes y de sus interacciones, además las partes e interacciones incluidas deben ser de tal naturaleza que aseguren que el todo es realmente un todo, que no puede reducirse a partes.


c) MODELOS CERRADOS VS MODELOS ABIERTOS. Algunos planificadores modelan el objeto focal como una entidad cerrada, sin tomar en cuenta el medio ambiente. Otros lo consideran pero le dan poco valor representándolo por medio de unas cuantas variables exógenas del modelo. La mayoría de los modelos usados en prospectiva son abiertos, es decir, sensibles a los cambios ambientales, su grado de apertura varía mucho. La relación entre el objeto focal y el medio ambiente se analiza casi siempre de manera informal.

d) MODELOS MECANICISTAS VS. MODELOS TELEOLÓGICO. Las explicaciones mecanicistas intentan explicar un hecho en términos de antecedentes, relacionándolo por cadenas causales con éstos. Se logran identificando las condiciones necesarias y suficientes que existieron en el pasado para explicar ese hecho. Las explicaciones teolológicas intentan explicar los eventos en términos de alguna situación subsecuente o final. Se aplican a entidades intencionales, o sea, las que son capaces de producir el mismo resultado en condiciones cambiantes y diferentes resultados en las mismas condiciones. Ambos modelos se pueden complementar.

LA FASE NORMATIVA

a) EL FUTURO LÓGICO. Para especificar la problemática se toman en consideración las técnicas llamadas proyecciones de referencia que consisten en la extrapolación del modelo dinámico de la realidad hacia el futuro para detectar las fallas o simplemente características que se consideren indeseables. La proyección de referencia proporciona un punto de partida para el proceso de explicitación y formación de valores.
b) LA PROBLEMÁTICA. Para formular la problemática no basta con determinar lo que no es deseable, si no también explicar porqué no lo es. De esta forma se puede en parte corregir las deficiencias. Los problemas a plantear puede considerarse aislados o formando un sistema de problemas. También pueden considerarse problemas intrínsecos del objeto focal, dependientes de la constitución y funcionamiento de ese objeto o influidos por factores extrínsecos o ambientales.
c) EL QUERER ACTUAR. Ackoff clasifica a los planificadores de acuerdo a su estilo:
Inactivistas: quienes no quieren actuar porque están satisfechos con la forma en que están las cosas y la manera en que se van desarrollando, o consideran infructuoso intentar cualquier acción.

Reactivistas: quieren actuar, pero sólo como reacción a lo que no les gusta. Consideran que el pasado es la edad de oro, que el presente es el peor y que el futuro lógico es detestable. No existe prospectiva en su mundo.

Preactivistas: Derivan de su querer actuar de la anticipación de problemas o de oportunidades. Tratan de prepararse para ellos, y esto requiere acción. Necesitan perspectiva de largo alcance, ya que está implica una mejor preparación. La imaginación tiene poco campo en su mundo.

Proactivistas: Los que están motivados por una visión de un futuro y no sólo por la aversión a los problemas existentes o anticipados, ni por la anticipación de las oportunidades. Son los clientes de la prospectiva. La visión de un futuro deseado es esencial para ellos. Quieren controlar su destino. Siempre están motivados para la acción.

d) VALORES. La tendencia externalista o expansionista consiste en urdir medios para ampliar el sistema focal para que englobe parte de lo que previamente se considera medio ambiente. El expansionismo utiliza como herramienta la invitación a los representantes de entidades ambientales a que participen en el proceso de planeación. Se da oportunidad a que diferentes constituyentes puedan coordinar sus acciones a través de alianzas y pactos. Así, la incertidumbre incontrolable se vuelve controlable.


LA FASE DE FACTIBILIDAD

a) LA CAPACIDAD PARA ACTUAR. La capacidad involucra la reestructuración de la forma en que se emplean los instrumentos existentes para hacerlos más eficaces; consiste en optimizar o mejorar el uso de lo disponible. “El papel de la prospectiva es proporcionar un impulso para transformar las potencialidades”[19] en capacidades.

b) AMPLIAR EL REPERTORIO DE INSTRUMENTOS. La explicitación de un futuro deseado motiva a la búsqueda de nuevos instrumentos, asimismo, fomenta una actitud crítica para detectar lo inadecuado de los instrumentos disponibles. La búsqueda de instrumentos es un proceso creativo.


c) MODIFICACIÓN DE LA ESPECIFICACIÓN DEL OBJETO Y EL MEDIO AMBIENTE. La tendencia externalista o expansionista consiste en urdir medios para ampliar el sistema focal para que englobe parte de lo que previamente se considera medio ambiente. Se invita a los representantes de entidades ambientales a participar en el proceso de planeación. Se da oportunidad a que diferentes constituyentes puedan coordinar sus acciones a través de alianzas y pactos. Así, la incertidumbre incontrolable se vuelve controlable.

d) ESTIMACIÓN DE LA FACTIBILIDAD La forma de estimar la factibilidad de un futuro se basa en el uso de un modelo dinámico de la realidad que se puede determinar si un cierto estado futuro es probable al aplicar un conjunto específico de instrumentos.


MODELOS FORMALES EN LA PROSPECTIVA

Los modelos descritos anteriormente cuentan con las siguientes características:

a) Representación de la realidad. El modelo formal de la realidad considerada se representa mediante un conjunto de variables de estado como población, inversiones de capital o bienes de existencia, etc. En cualquier momento cada variable tiene un valor o estado. Las variables que describen la realidad se interrelacionan de numerosas formas. Algunas de estas relaciones, por lo general escritas en forma de restricciones se incluyen en el modelo para garantizar su consistencia lógica. La mayoría de las variables incorporan una cierta medida, las variables que representan el medio ambiente.

b) Representación de la conducta por medio de una transformación de entradas y salidas. Se puede conceptuar la forma de conducta más sencilla en términos de la transformación de alguna variable en otras variables.

Cualquier problema que presente un cierto grado de comportamiento constante es susceptible de ser modelado mediante ecuaciones matemáticas ya sean deterministas o probabilistas.

c) Circuitos dinámicos de retroalimentación. Los circuitos con retroalimentación hacen referencias a aquellos modelos en los cuales es posible alimentar al mismo modelo con la salida:

Para el caso de las ciencias sociales, este tipo de modelos resulta muy congruente con los objetos de estudio, ya que nos da las herramientas necesarias para aprender y aplicar sobre lo mismo lo aprendido.

En el caso de la prospectiva este tipo de modelos son fundamentales y totalmente necesarios, es imposible tratar de entender los hechos futuros sin considerar lo que ha ocurrido en el pasado considerando los hechos actuales.

Los modelos dinámicos muestran dos tipos de conducta o una combinación de ellas. “Pueden ser homeostáticos, es decir que tienen un procedimiento interno que hace que los valores de las variables claves permanezcan dentro de los límites especificados o converjan hacia un límite[20]”.

Otros modelos pueden mostrar conducta inestable la cual las variables claves se alejan más y más de los límites admisibles y/o divergen del límite meta. Gran parte de los modelos usados en la prospectiva son de naturaleza inestable y no homeostática.

d) Modelos dinámicos probabilísticas. La mayor parte de los casos relevantes hay muchos conjuntos posibles de salidas correspondientes a un conjunto específico de entradas y la verdadera transformación a ocurrir está gobernada por algunos principios estocásticos.


Conclusiones

La utilización de la planeación prospectiva constituye una herramienta muy poderosa y efectiva para la toma de decisiones, no sólo depende de la capacidad del modelador para crear escenarios cercanos a la realidad, ni de la capacidad del tomador de decisiones para decidir el camino a tomar. También depende en mucho de la definición de un objetivo claro, no es lo mismo plantear el objetivo de crear un ambiente de igualdad social y una justa distribución de la riqueza, que planear como ayudar a los más pobres de acuerdo a la más estricta moral cristiana. Siendo similares los objetivos están diametralmente opuestos e implican una serie de decisiones que los terminan contraponiéndose.

El tomador de decisiones, necesita una amplia visión que le permita elegir los caminos más acertados de acuerdo a sus fines, la prospectiva basándose totalmente en el método científico nos brinda la oportunidad de crear distintos escenarios posibles cada uno con un peso y por lo tanto una posibilidad de ocurrencia en base a hechos actuales, nos brinda la oportunidad de corrección de errores y enmendar un camino cuando las cosas no resultan como esperamos.

El sueño del ser humano de poder predecir el futuro, se vuelve realidad no por las artes mágicas, sino por medio de conceptos probabilísticas basándose en experiencias previas y futuros plausibles.



Bibliografía.

Sachs, Wladimir S. Diseño de un futuro para el futuro” Un ensayo sobre los métodos e importancia de la planeación prospectiva. Fundación Javier Barrios Sierra A.C. México 1980.





[1] SACHS, Wladimir M. “Diseño de un futuro para el futuro”Sachs, Wladimir M. “Diseño de un futuro para el futuro” Fundación Javier Barrios Sierra. México 1980. p 11.
[2] Íbidem . p 23
[3] Íbidem, p 31
[4] SACHS, Wladimir M. op.cit, p. 31.
[5] SACHS, Wladimir M. op.cit, p. 31.
[6] Ídem
[7] SACHS, Wladimir M. op.cit, p. 31. op. cit, . p. 64
[8]Ibídem, p. 66
[9] Idem.
[10] SACHS, Wladimir M. op.cit, p. 31. op. cit, . p. 66
[11] Ibidem, p. 68.
[12] Idem.
[13] SACHS, Wladimir M. op.cit, p. 31. op. cit, . p.76.
[14] Ibídem, p. 71.
[15] Ibídem, p. 78
[16] El criterio de relevancia permite que se reduzca la cantidad de cosas que se van a considerar. El concepto de relevancia depende de los propósitos de la investigación y del punto de vista del que la realiza. Puede definirse el objeto focal como el conjunto de sus propiedades relevantes.

[17] SACHS, Wladimir M. op.cit, p.75.
[18] Un sistema es un conjunto de entidades interrelacionadas de tal forma, que por lo menos algunas propiedades del todo no pueden deducirse de las propiedades de los constituyentes, y que cada constituyente influye conjuntamente con otro u otros en las propiedades del todo.
[19] La potencialidad es el máximo de una población de entidades similares.
[20] SACHS, Wladimir M. op.cit, p.126.

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